Un popular sitio web deportivo norteamericano llamado Fansided publicó esta semana un espantoso artículo acerca de la actuación del dominicano Carlos Peguero en la NPB que resulta tan condescendiente y ofensivo que no puede ser ignorado.
Para ser justos, la mayoría de los grandes medios deportivos estadounidenses, como las cadenas ESPN, FOX y CBS, siempre han hablado del circuito japonés con mucho respeto e incluso admiración, si bien suelen cometer errores en sus reportajes.
Sin embargo, existen otros medios de gran difusión, e incluso reporteros que pertenecen a esas cadenas mayores, que a pesar de desconocer por completo el béisbol japonés se aventuran a hablar del mal y a burlarse de él, tal como lo hizo el periodista en cuestión, cuyo nombre no merece ser mencionado.
Con un tono de superioridad insoportable, comenzó por decir que Pequero, “que sobresale de inmediato en el diamante de la liga japonesa” porque mide 1,96 metros y pesa 119 kilos, tiene un “gran potencial de conectar bombazos debido a la enorme cantidad de pelotas rompientes que se lanzan en Japón”.
Este punto, de por sí, ya revela varios problemas. Primero, si los jonrones de larga distancia sólo llegasen gracias a pelotas quebradas, entonces éstos casi no se verían en las Grandes Ligas, donde se apela más a las rectas de alta velocidad.
Segundo, muchos bateadores de poder en la NPB conectan sus “bombazos” luego de hacer contacto con una buena recta, tal como ocurre en las mayores. Por último, los bateadores altos y pesados no son los únicos que pueden disparar largos vuelacercas en Japón.
Por citar un ejemplo, Yoshitomo Tsutsugo, líder jonronero de todo el circuito nipón en 2016, sólo mide 1,85 metros y pesa apenas 97 kilos, pero a pesar de ello ha sacado la bola en varias ocasiones del Estadio de Yokohama.
Por citar otro, Tetsuto Yamada, uno de los bateadores más prolíficos de la Liga Central en los últimos 2 años y que lideró el circuito con 38 estacazos (varios de ellos monumentales) en 2016, sólo mide 1,80 metros y pesa 76 kilos.
Más adelante, el periodista en cuestión continúa con sus insultos. “Es por esto que ver a viejos grandeligas acabados en el béisbol japonés es siempre entretenido. Peguero siempre va al plato con la intención de sacarla. Se ve fuera de forma y pareció quedarse sin aliento al momento de pisar la tercera base, pero eso no importa cuando el pesado jardinero recibe una curva lenta en su zona de poder”.
Aquí también tenemos varias cosas que rebatir. Primero, Peguero acaba de cumplir 30 años. Eso de que sea un “viejo grandeliga acabado” no tiene fundamento. Un grandeliga que llegó “viejo”, si bien no acabado, a la NPB fue el curazoleño Andruw Jones, quien debutó en la liga con 36 años y demostró en un par de campañas que todavía tenía cosas que aportar.
Segundo, estamos en desacuerdo con eso de que se vea fuera de forma. Hay varios jugadores activos en las mayores que son más pesados y lucen en mucha peor forma que el dominicano, como C.C. Sabathia y Bartolo Colón. Incluso el mexicano Japhet Amador, que es compañero de equipo de Peguero, es visiblemente más obeso que éste.
Nos preguntamos si ese periodista, cuando escribe acerca de los juegos de Grandes Ligas, se burla de la misma manera de jugadores como Prince Fielder o Pablo Sandoval, por mencionar un par de ejemplos. ¿Se atreverá a escribir cosas como “¡qué fuerza tiene ese gordo!” cuando describe alguno de sus jonrones?
Para finalizar, como si lo dicho anteriormente no hubiese sido suficiente, concluyó invitando a todos sus lectores a que vayan a ver un juego de béisbol en Japón, porque “si tienen suerte, podrán ver a un hombre muy pesado como Peguero conectarle un bombazo al inferior pitcheo de la liga japonesa”.
No deja de sorprendernos el hecho de que en un país donde despiden a comentaristas de televisión por decir al aire una sola palabra fuera de lugar, este tipo de “periodistas” puedan operar con impunidad en sus respectivos medios.
Ese “inferior pitcheo de la liga japonesa” al que se refiere limitó a la selección de los Estados Unidos a sólo 2 carreras, que además llegaron por errores defensivos, en la semifinal del Clásico Mundial de marzo.
Ese mismo pitcheo, además, dejó sin hits ni carreras a un combinado de estrellas de MLB en un juego de exhibición en Tokio en 2014 y ha producido lanzadores del calibre de Daisuke Matsuzaka, Yu Darvish y Masahiro Tanaka, por quienes los clubes de las mayores no dudaron en tirar la casa por la ventana para adquirirlos.
Desafortunadamente, este tipo de artículos llenos de prejuicios que menosprecian al béisbol japonés abundan en la red y lo peor es que todos están basados en un profundo desconocimiento de la materia y sólo se limitan a sacar conclusiones apresuradas de un solo dato o una sola imagen.
Si en Japón es tan fácil batear bombazos porque allá los lanzadores sólo tiran curvas lentas, nosotros, desde fuera de los Estados Unidos, también podríamos alegar que en MLB cualquiera puede batear jonrones porque allá todos usan sustancias prohibidas, por citar un ejemplo.
Joe Posnanski, un veterano periodista deportivo norteamericano al que admiramos mucho y que siempre se opone a todos aquellos que desacreditan las ligas extranjeras simplemente por ser extranjeras, dio una vez un ejemplo fantástico de esto en Twitter.
Un fanático le escribió diciendo si un pelotero “acabado” como Andruw Jones estaba bateando jonrones en Japón eso sólo podía deberse a que los lanzadores de esa liga eran muy malos. “¿Qué dice eso del pitcheo japonés?”, preguntó.
Posnanski le respondió que si un lanzador “acabado” como Koji Uehara, que había sido convertido de abridor a cerrador en Japón porque ya no podía rendir como antes y que tenía varios años en MLB sin sobresalir en nada, se había convertido de pronto en el cerrador más dominante de las mayores, eso sólo podía deberse a que los bateadores de esa liga eran muy malos. “¿Qué dice eso del bateo de MLB?”, le respondió.
En esta misma columna hemos defendido varias veces la calidad de juego de la NPB, que si bien estamos conscientes de que no es tan alta como la de las Grandes Ligas, al mismo tiempo nos parece que tampoco está muy por debajo de ésta.
Cada vez que hemos hecho esa afirmación, siempre han salido varios fanáticos a manifestar su desacuerdo, pero no respaldando sus ideas con argumentos y datos como lo hemos hecho nosotros, sino apelando a insultos y prejuicios infundados, tal como lo hizo el periodista al que nos referimos en esta nota.
“Esa es una liga de nivel triple A nada más”, “en esa liga no batea nadie” y “con esos estadios tan pequeños cualquiera batea jonrones” son algunas de las cosas que nos suelen decir, que obviamente carecen de sentido.
Quizás el mayor atractivo que tiene la NPB es que ofrece un estilo de juego muy diferente al que se ve en la Gran Carpa y eso es algo muy positivo porque se pueden aprender muchas cosas buenas de las ideas que tienen los japoneses.
El toque de sacrificio en el primer inning, que se utiliza en exceso en Japón, siempre nos pareció aburrido, pero hablando una vez con el lanzador mexicano Luis Mendoza nos dimos cuenta de que tiene un propósito muy específico.
Mendoza nos explicó que esa jugada le mete mucha presión a un lanzador abridor, porque éste se da cuenta que desde el primer momento el conjunto rival está haciendo todo lo posible por anotarle una carrera y eso no sólo lo cansa sino que también lo fuerza a cometer errores.
Otra atractivo importante es que el circuito nipón todavía ofrece cosas que se solían ver en las Grandes Ligas pero que ya casi han desaparecido, como un lanzador abridor trabajando 10 entradas en un partido o un pelotero novato debutando con 18 años.
Masahiro Tanaka, Yu Darvish y, más recientemente, Shohei Otani, debutaron todos en la NPB a los 18 años, inmediatamente después de haberse graduado de la escuela secundaria, y todos ellos demostraron su talento desde el primer momento.
Francamente, este tipo de fanáticos que sacan conclusiones apresuradas tras ver una sola imagen del béisbol japonés nos dan tristeza porque se están perdiendo, debido a los prejuicios que tienen en la cabeza, de algo muy bueno e interesante.
Ignorarlos suele ser la mejor medicina, porque en muchas ocasiones no importa lo bien que uno se los explique, ellos igual deciden no entenderlo.
Sin embargo, en casos como éstos, en los que un periodista profesional ha decidido renunciar a las normas más básicas de cortesía para insultar y burlarse abiertamente de un jugador y una liga sólo por ser foráneos, es justo y necesario alzar la voz y hacerles entender que este tipo de tono no es bienvenido.
No nos oponemos a la libertad de expresión, pero sí a los insultos y a la condescendencia innecesarios al momento de emitir una opinión.