Varios partidos se han jugado bajo la lluvia para tratar de finalizar el calendario a tiempo
El pasado jueves 20 de septiembre la Liga Central hizo uno de esos anuncios contriversiales que nos recuerdan una vez más lo ineficiente y carente de sentido que es el calendario de juego de la NPB, que no sorprendentemente todavía es hecho a mano.
La gerencia del circuito explicó en ese momento que, como se han suspendido muchos juegos este año debido a la lluvia y otros factores, los 3 equipos que avanzarán a la postemporada serán determinados de acuerdo a sus posiciones al terminar la jornada del 11 de octubre.
Es decir, si todavía hace falta disputar más partidos de la temporada regular después de esa fecha, los mismos se llevarán a cabo pero no contarán para determinar a los 3 conjuntos que disputarán los playoffs.
A la fecha de hoy, la campaña regular de la liga está pautada a culminar el 9 de octubre, pero si se suspenden más partidos por lluvia de aquí a allá, entonces es posible que haya que seguir jugando después de esa fecha.
El reglamento del circuito indica que los clubes que van a disputar la postemporada deben estar decididos con al menos 2 días de antelación al inicio de la misma, que está previsto para el 13 de octubre.
Por lo tanto, la gerencia simplemente se está asegurando de que todo esté aclarado para el día 11, sin importar si todavía quedan más partidos por disputar, ni tampoco que éstos tengan el potencial de alterar el orden de los equipos en la clasificación.
Tradicionalmente, el calendario de la NPB siempre ha incluido un día de descanso a la semana, el lunes, de manera que durante el resto de la misma cada conjunto dispute 2 series de 3 juegos cada una.
Esa idea nos encanta y siempre la hemos apoyado, porque les brinda a los jugadores un muy necesario descanso y les permite a los medios que cubren la liga hacer detallados análisis y resúmenes de lo que está ocurriendo en la misma.
Sin embargo, con lo que sí estamos en desacuerdo es la costumbre de dejar un espacio muerto al final del calendario para disputar todos los encuentros que fueron suspendidos por lluvia o cancelados por alguna u otra razón durante el año.
Nuestro descontento con esa manera de planificar las cosas no podría ser más evidente en este momento. Decidir a los 3 equipos que avanzarán a la postemporada antes de que se termine de disputar el calendario de la campaña regular nos parece una aberración.
En 2013, Rakuten jugó un partido de la campaña regular después de iniciados los playoffs
Ya en el pasado habíamos sido testigos de la incongruencia de jugar partidos de la temporada regular DESPUÉS de comenzados los playoffs, pero al menos en aquella ocasión se trató de un par de encuentros no afectaban las posiciones de cara a la postemporada.
No obstante, ese no es el caso en esta ocasión y tenemos el temor de que la falta de planificación de la liga termine produciendo un escenario apocalíptico en el que un equipo termine tercero en la tabla y no juegue los playoffs debido a que no ocupaba esa posición en una fecha determinada.
Los Gigantes de Yomiuri y las Estrellas de DeNA tienen en este momento muy buenas posibilidades de hacer realidad una pesadilla como esa.
Yomiuri podría clasificar a la postemporada en 2018 y quedar 4to en la tabla
Yomiuri ocupa el tercer puesto de la tabla con 7 partidos por disputar, mientras que DeNA le sigue en el cuarto peldaño con 11 encuentros todavía pendientes y está a sólo un juego de distancia. El primero podría fácilmente terminar su calendario en puestos de postemporada y ser pasado luego por el segundo, que contará con la oportunidad de sumar 4 victorias más.
Pero como es posible que no haya tiempo suficiente para que DeNA complete esos 11 partidos antes de 11 de octubre, entonces corre el riesgo de quedar fuera de los playoffs incluso si al final termina el año en el tercer lugar de la clasificación.
Son varias las razones que se unen para hacer que el calendario de la NPB sea tan ineficiente. Una de las más importantes es la negativa de la Asociación de Peloteros de la NPB a jugar dobles jornadas, por el exceso de trabajo que eso representa para sus miembros.
Eso dificulta mucho recuperar a tiempo los partidos que fueron suspendidos a lo largo del año ya que no es posible disputar 2 de ellos en una misma jornada, a pesar de que ambos rivales ya se encuentran en el lugar en el que debían disputar el juego original. Como consecuencia, no les queda otra opción que realizar el partido otro día.
También influye mucho el hecho de que el calendario de juego de ambas ligas todavía es hecho a mano, a pesar de que se ejecuta en el país tecnológicamente más avanzado del planeta. Es decir, una o varias personas de la organización se sientan a planificar con un lápiz y un papel todos los partidos de la temporada.
Las Grandes Ligas ya tienen décadas confiándole esa tarea a un grupo de matemáticos que utilizan un programa computarizado para crear el calendario de juego cada año, haciéndo énfasis además en la eficacia del itinerario de viaje para minimizar los gastos de los clubes.
Un profesor de una universidad canadiense se hizo famoso hace unos años atrás al visitar Japón y darse cuenta de la ineficiencia del calendario de la NPB. Queriendo ayudar, creó un programa computarizado para organizar el calendario de juego de la liga capaz de incluir una infinidad de variables, como aprovechar ciertos feriados y reducir los gastos de viaje.
Seguro de que su propuesta sería bien recibida, contactó a la oficina del comisionado y les presentó su programa, sólo para verlo rechazado bajo la excusa de que no tomaba en cuenta ciertas variables importantes. Pocó importó su explicación de que el programa podía ser modificado para incluir las variables en cuestión, la respuesta del circuito siguió siendo negativa.
Como consecuencia de todo esto, la culminación del calendario de la liga nunca tiene una fecha fija. La jornada final variará cada año de acuerdo al número de partidos suspendidos que haya que disputar.
Tal falta de certeza, como se imaginarán, le resta mucha emoción a la recta final del calendario, ya que no todos los equipos disputan su último juego el mismo día.
Hay casos en los que el campeón de liga gana su título a mediados de septiembre y no comienza su participación en la postemporada sino hasta mediados de octubre, por lo que pasa un mes completo sin disputar un partido de importancia.
Hay otros en los que un equipo termina su calendario de la temporada regular hasta 2 semanas antes que el resto y debe pasar como 3 semanas sin jugar antes de poder comenzar su participación en los playoffs.
Si bien las limitaciones que existen para organizar un buen calendario son importantes, la falta de previsiones para evitar situaciones como la que estamos viviendo este año no tiene excusas. Existen opciones para mejorarlo y simplemente no se están utilizando.
Esos lunes libres que están disponibles a todo lo largo del año representan la mejor opción para recuperar poco a poco los partidos que han sido suspendidos por lluvia. Adicionalmente, la mayoría de los equipos tienen 2 o 3 días libres más cada mes que también podrían utilizarse para realizar los juegos cancelados y a pesar de eso no se utilizan.
Dejarlo todo para finales de año obviamente representa un riesgo muy grande y abre las puertas a desastres organizacionales como el que estamos a punto de presenciar en la Liga Central.
Ya va siendo hora de que la NPB se enserie con su calendario y tome las medidas necesarias para hacerlo más eficiente y lógico. De otra manera, nunca podrá convertirse en la liga de primera categoría que está tan cerca de ser.