Sáb, 04 May 2024 01:37 AM

La nueva era salarial del béisbol japonés

   Cuando se reveló esta semana que los Halcones de SoftBank le están ofreciendo mil millones de yenes anuales (6,7 millones de dólares) por 4 temporadas al mexicano Roberto Osuna para convencerlo de quedarse en el equipo, se hizo evidente que hemos entrado a una nueva era salarial en la NPB.

 

Osuna fue el pelotero mejor pagado de la NPB este año

 

   Por décadas, el salario más alto jamás pagado a un pelotero del máximo circuito nipón fueron los 650 millones de yenes que las Estrellas de Yokohama le otorgaron al cerrador Kazuhiro Sasaki en las campañas 2004 y 2005 tras su regreso de las Grandes Ligas.

 

   El venezolano Roberto Petagine recibió 720 millones de yenes anuales cuando jugó con los Gigantes de Yomiuri en las temporadas 2003 y 2004, pero ese dato fue convenientemente ignorado por los medios locales en favor del monto facturado por Sasaki.

 

   Así, por muchos años esos 650 millones de yenes fueron la referencia para los mejores salarios pagados en la liga. Ganar 500 millones anuales ya era prestigioso. Llegar a los 600 lo era mucho más y superar esa cifra, así fuera por apenas 10 millones, ya era algo histórico.

 

   Sin ir muy lejos, el jardinero de SoftBank Yuki Yanagita se convirtió este año en el jugador de posición mejor pagado en la historia de la NPB con un salario anual de 620 millones de yenes. El récord anterior pertenecía a Hideki Matui, quien ganó 610 millones en 2002.

 

   No obstante, todo eso cambió en la temporada 2021, cuando Yomiuri decidió pulverizar esa marca al pagarle nada menos que 800 millones de yenes a su as Tomoyuki Sugano para convencerlo de quedarse con el club en lugar de irse a las Grandes Ligas.

 

   Antes de que el público pudiera acostumbrarse al nuevo récord, las Águilas de Rakuten lo destrozaron pocas semanas después al otorgarle 900 millones de yenes anuales por 2 campañas a Masahiro Tanaka, quien en ese momento decidió regresar a Japón después de pasar 7 años en la MLB.

 

   Por muy increíble que parezca, ese nuevo total estuvo a punto de ser completamente desintegrado en 2022, cuando el cierre patronal de las Grandes Ligas amenazó con cancelar por completo la temporada de ese circuito.

 

Harper insinuó que se iría a jugar en la NPB en 2022

 

   En ese momento, varias estrellas de las mayores insinuaron que buscarían jugar en la NPB si llegaba a cancelarse la campaña de la MLB, incluyendo a Bryce Harper, quien publicó una foto suya en Instagram con el uniforme de Yomiuri y un mensaje preguntándole al equipo que si estaba interesado en firmarlo.

 

   Los medios japoneses no perdieron tiempo en resaltar la oferta y se dice que la gerencia del club manifestó estar dispuesta a pagarle hasta 25 millones de dólares (3.700 millones de yenes) al toletero estadounidense por sus servicios.

 

   Al final eso no ocurrió, pero el incidente demostró que los conjuntos japoneses tienen dinero suficiente para pagar salarios mucho más altos de los que otorgan en este momento y que simplemente necesitan mejores incentivos para hacerlo.

 

   Es por eso que afirmamos que la oferta de mil millones de yenes anuales de SoftBank a Osuna confirma que ya entramos en una nueva era salarial en la NPB; una en la que los equipos están dispuestos a invertir mayores cantidades de dinero para mantenerse competitivos.

 

   Si bien puede parecer injusto que los clubes nipones no quieran pagar mejores salarios a sus peloteros, a pesar de tener la capacidad de hacerlo, ese no es necesariamente el caso ya que los ingresos de la liga se han mantenido casi idénticos en los últimos 30 años.

 

   Ese no es el caso, por ejemplo, de la MLB, donde las ganancias de los equipos se han multiplicado por diez en ese mismo período pero los salarios de los jugadores no. Los mejores ganan mucho más que antes, pero el resto, que son la gran mayoría, gana menos cuando se toma en cuenta la inflación.

 

   La economía de la NPB, al igual que la de Japón, se ha prácticamente congelado en las últimas tres décadas. Sin duda ha habido algo de crecimiento, pero muy poco en comparación al acelerado crecimiento de las finanzas de la Gran Carpa.

 

No todos los equipos japoneses pueden pagar los salarios que paga SoftBank

 

   Para ser justos, no todos los conjuntos japoneses están en capacidad de pagar salarios como los que SoftBank le está ofreciendo a Osuna en este momento. Yomiuri, Rakuten y hasta los Tigres de Hanshin podrían hacerlo, pero parece difícil que los otros puedan, salvo excepciones muy particulares.

 

   Yomiuri, que pertenece al conglomerado de medios más grande e importante de Japón, fue por décadas el club más millonario del país, hasta que recientemente SoftBank lo superó en ese renglón, gracias a su dueño Masayoshi Son, uno de los hombres más ricos del mundo.

 

   El dueño de Rakuten, Hiroshi Mikitani, también está entre las personas más ricas del planeta gracias a su compañía de ventas por Internet que representa el equivalente japonés a Amazon. Sin su aprobación, el club de Tohoku no hubiese podido pagarle 900 millones de yenes anuales a Tanaka.

 

   Hanshin no cuenta con un presupuesto tan alto, pero los ingresos que recibe por ser el segundo conjunto más popular del país lo ayudan a invertir fuertemente cada vez que tiene la necesidad de hacerlo, como ocurrió en 2020 y 2021, cuando tuvo al venezolano Robert Suárez en sus filas.

 

   Repetimos, no resulta nada sencillo para el resto de los conjuntos de la NPB pagar salarios similares, pero de vez en cuando ocurren excepciones, como los 600 millones de yenes que le pagaron los Carpas de Hiroshima a Hiroki Kuroda en 2015 y 2016 tras su regreso de las mayores.

 

   Las Golondrinas de Yakult, por citar otro ejemplo, le están pagando este año 600 millones de yenes anuales a su principal estrella, Munetaka Murakami, mientras que las Estrellas de DeNA se están desembolsando 400 millones por los servicios del estadounidense Trevor Bauer.

 

   La NPB tiene el potencial para multiplicar sus ingresos de una manera considerable, pero está tan mal organizada en términos de promoción y mercadeo que resulta prácticamente imposible que le saque un mayor provecho al gran producto que tiene en sus manos.

 

Los cambios en la NPB tardan en ocurrir, pero de que lo hacen, lo hacen

 

   Sin embargo, eso no quiere decir que las cosas no puedan cambiar en el futuro. Los cambios en el circuito nipón son lentos y tardan mucho tiempo en concretarse, pero de hacerlo lo hacen y por eso es que la liga sigue creciendo con el pasar de los años.

 

   Si se concreta el pacto de 4 años y mil millones de yenes anuales de Osuna con SoftBank, eso sin duda presionará al resto de los conjuntos de la NPB a invertir más dinero para reforzarse mejor de cara a la temporada 2024.

 

   Si DeNA quiere mantener a Bauer en sus filas, por ejemplo, es probable que tenga que subirle su salario de una manera considerable y lo mismo tendrán que hacer los Marinos de Lotte si desean retener en sus filas al dominicano Gregory Polanco.

 

   Quizás esa obligación de gastar más dinero presione a los clubes japoneses a organizarse mejor para promocionar y vender sus productos, tanto a nivel nacional como internacional, y así poder recuperar las grandes inversiones que están haciendo.

 

   Lo que sí está claro es que esa época en la que el salario de 650 millones de yenes de Sasaki era el parámetro con el cual se medía el éxito de un pelotero en la NPB ya ha quedado atrás. En este momento, la marca pertenece a Tanaka y es posible que muy pronto pase a las manos de Osuna.

 

   Incluso no existe garantía de que el récord del mexicno, de concretarse, dure mucho, ya que es posible que sea superado en el futuro cercano por un ex grandeliga de mayor prestigio que aparezca en el mercado con la intención de irse a jugar a Japón.

 

   En comparación a la MLB, los salarios de la NPB seguirán siendo muy modestos, pero no debemos olvidar que ninguna otra liga de béisbol del mundo está en capacidad de pagar hasta 7 millones de dólares al año y que ese es un buen salario en cualquier parte, incluyendo la Gran Carpa.